De nuevo sin incidencias reseñables.
Si que he usado el sistema de asistencia para personas con movilidad reducida. La cuestión es que el caminar hasta la puerta de embarque siempre me ha fatigado bastante, sobre todo en días con calor. En este ultimo viaje, en Madrid tuve la suerte de que la puerta de embarque estaba al lado del control de pasajeros, así que no me preocupé, ya que en el destino el aeropuerto no era muy amplio.
La sorpresa vino cuando llegamos a destino. El aeropuerto había cambiado, se había estrenado una nueva terminal y la nueva, mucho más amplia, puso a prueba mi resistencia. Cuando volvimos ya después de la visita de revisión, pasamos por el mostrador en que se solicita la asistencia. Más que nada nos acercamos a preguntar, pero como no había casi gente, nos ofrecieron el servicio sin haberlo solicitado antes.
En realidad este servicio hay que solicitarlo al menos 48 horas antes de volar, pero muy amablemente nos permitieron hacer uso de el.
La cuestión es que me hicieron una serie de preguntas, como que tipo de ayuda necesitaba, si podía moverme por el avión o subir escaleras…me pidieron la tarjeta de embarque, el dni y se acabaron los tramites.
En realidad lo que yo necesito es más que nada que me acerquen a la puerta de embarque y al avión, ya que las escaleras, unos días mejor y otros peor, las puedo subir sin demasiados problemas. Pero el estar de pie en las colas mucho rato, o el trasladarme a la puerta de embarque, pues acaba agotándome.
Me proporcionaron una silla de ruedas, pasamos el control de pasajeros entrando por otra parte, sin tener que esperar, me acercaron a la puerta de embarque y como faltaba aún un tiempo para embarcar me dejaron por la zona y me dijeron que cuando se abriese la puerta que vendrían a ayudarme.
Y así fue. Cuando se formó la temida cola para proceder al embarque llegó una señorita que muy amablemente nos dijo que no debíamos hacer cola. Tanto yo como mi mujer, fuimos con ella y pasamos por la puerta, hasta llegar a un transporte que nos acercó al avión. Allí procedieron a elevar la zona de pasajeros del transporte que nos acerco al avión hasta la altura de la escalerilla y desembarcaron a un chico que tenia problemas en las piernas y no podía bajar escaleras. Tras salir este chico, entramos mi mujer y yo al avión y nos acomodaron en unos asientos antes de que el resto de pasajeros siquiera hubiese subido.
Tras el vuelo de vuelta, en Madrid me estaban esperando con otra silla con la que me sacaron hasta donde teníamos el coche en el parking. No tuve que andar ni un metro, con el consiguiente descanso para mi y también para mi mujer que tampoco tuvo que hacer largas colas para poder coger buenos sitios en el avión.
Yo sabía que existía este sistema de asistencia para personas con movilidad reducida, pero nunca lo habíamos usado.
Desde luego repetiremos. Un sistema eficiente, con un personal amable y lo mejor…gratuito. Este sistema está funcionando en todos los aeropuertos de la Unión Europea desde el 26 de Julio del 2008.