Viaje 4

Mientras veo como evoluciono de este pequeño bache que estoy pasando, cuelgo esta entrada referente a los viajes, que, como las maletas de tantos viajeros, quedó perdido no se sabe muy bien dónde.

El viaje 4 es el último que he realizado antes de comunicarme el descanso de un mes en la toma del tratamiento.

Esta vez fue todo como la seda. Definitivamente, en mi estado, lo ideal es realizar estos desplazamientos en avión. Pudiendo realizar la reserva con antelación, al estar planificadas las tomas, sale más económico que el viaje en coche, por no hablar del cansancio físico y de los vergonzantes precios del combustible.

Planificando el viaje con tiempo, se puede realizar en el mismo día, saliendo temprano por la mañana y volviendo a media tarde.

El problema de estos viajes de avión evidentemente es el transporte del medicamento. No se pueden subir según qué elementos al avión, y la medicación esta incluida en estas restricciones, al menos sin una receta o informe oficial del medico.

Como este tratamiento, por desgracia, y espero que de forma temporal, aun no esta reconocido por la medicina…digamos….oficial, no existe el documento oficial que te podría permitir subir esto a la cabina del avión.

Quizá me estoy preocupando mas de la cuenta, y ni siquiera lo intenté.

La cuestión es que el viaje yo lo hice por un lado y el tratamiento por otro, vía mensajería terrestre urgente. Me lo autoenvié por mensajero antes de subir al avión y lo recibí en mi domicilio sin problemas a la mañana siguiente.

No quiero explicar mas. No quiero dar mas pistas hasta que ya se pueda hablar mas abiertamente de todo esto, al menos públicamente. Solo decir que antes de arriesgarme a perder el tratamiento, que no es precisamente barato, y perder billetes de avión y un día de mi tiempo, para volver con las manos vacías, me pareció mas prudente utilizar este método.

Da la impresión de estar haciendo algo malo, maldita sea…y tan solo intentamos mejorar en nuestra calidad de vida. A nadie hacemos daño…y de momento parece que tenemos que ir escondiéndolos para tener acceso a esta esperanza.

Qué ganas de recordar todo esto como anécdotas tras la normalización de todo …!