Casi dos meses sin escribir desde la última actualización.
Evidentemente tiene su explicación, y no es que me haya aburrido o sea no me interese seguir contactando con vosotros utilizando este blog.
Y esto me viene bien para ilustrar de lo que va a esta entrada y lo que nos sucede cuanto más cerca del lado feo estamos.
Esta enfermedad nos obliga en muchas ocasiones a anular compromisos, aplazar celebraciones o en el más leve de los casos no estar presente en todos los actos sociales en los que normalmente estaríamos.
Y como ya hemos comentado a menudo, no es porque la enfermedad nos haya vuelto huraños o antisociales.
Puede que estemos ante un brote en el caso de una esclerosis múltiple remitente recurrente o que tengamos una época de preocupaciones en las que nos aumenta el estrés lo que repercute negativamente en nuestros síntomas.
Pueden juntarse ambas cosas. O sencillamente siendo padres nos preocupan actitudes o algo que tenga que ver con nuestros hijos.
Ahora que llega el verano estamos más expuestos al calor y todos sabemos cómo se las gasta con nosotros y nuestros síntomas.
Las 1000 cosas que pueden suceder a cualquier persona en nuestro caso pueden repercutir negativamente en como nos sentimos a causa de nuestros síntomas con la esclerosis múltiple.
Y esto nos lleva a esa necesidad de anular o aplazar tareas o compromisos para los que antes sencillamente podíamos apartar un poco esta sensación y poder acudir.
Ahora con la esclerosis múltiple en nuestra vida es más importante saber parar y alquilarte un poco para no empeorar la situación.
De ahí lo de Guadiana que empleo en el título, que para los que me lean y no sean españoles, es uno de los ríos importantes de España que en su inicio desaparece durante un tramo y luego reaparece más adelante en los llamados Ojos del Guadiana y a partir de ahí ya discurre ininterrumpidamente.
Nosotros como el Guadiana podemos desaparecer en un momento dado de compromisos o de, en este caso, actualizar de forma periódica más o menos continua el blog. Pero seguimos ahí aunque estemos en compás de espera.
Es tarea nuestra y de nuestro entorno también aceptar este hecho e intentar normalizar estas desapariciones que no son en absoluto por capricho, sino más bien impuestas pero absolutamente necesarias para poder continuar con nuestra vida sin llegar a un colapso.
Esperamos a que mejoren un poco las situaciones o avatares de la vida que han hecho que tengamos que abrir un paréntesis en el cual tenemos que arreglar o ir adaptándonos a nuevos retos.
Nosotros, como el río Guadiana, no desaparecemos permanentemente. Estaremos ahí. Discurriendo por el subsuelo un poco alejados de la vista de todos. Pero avanzando a nuestra manera. Para en el momento en el que ya estemos preparados. Volver a aparecer, poco a poco, aflorando como los Ojos del Guadiana para ya discurrir con fuerza hasta la desembocadura
En mi caso han ocurrido varias cosas al mismo tiempo y he tenido que poner un freno a todo e intentar darles alguna solución para poder continuar. Uno de estos problemas hasta me ha dado ideas para otra entrada del blog con bastante contenido social. Estoy en ello.
La cabeza no para, y sigo con ilusión.
Seguiré recopilando datos sobre síntomas desde el lado feo. Intentaré darles luz y que se hable de ello.
Cada cual tenemos nuestro particular chaparrón al que tenemos que hacer frente.
Cuando escampe y podamos volver con fuerza e ímpetu de nuevo, no dudéis que aquí me tendréis.
Hola Juanjo y todos los demás miembros de esta comunidad! pués efectivamente, estoy de acuerdo con que nuestras «desapariciones» son, en ocasiones, difíciles de entender por nuestro entorno…
Yo, después de tantos años, he aprendido a pasar un poco de lo que puedan opinar los demás, pero reconozco que en ocasiones me siento mal…
A última hora de la tarde me suele embargar una especie de niebla cerebral que no se aprecia a simple vista pero que a mi me afecta mucho y parece que estoy medio atontada…y sólo estoy cansada! 😉
Juanjo hola, a ti y a todos, sí, a veces no podemos con nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestras ganas y nuestra energía; es muy complicado para uno explicarlo y para los otros entenderlo, por suerte mi maridis me conoce bien y sabe cuando ya estoy «fuera de juego», llevarme a la cama y poder quedarme allí es mi solución casí siempre.
Aprecias Juanjo, algo que puede ser angustiante como padres o madres de cara a los hijos, porque no siempre estamos bien para abordar sus problemas. reconozco que mis hijos son cuarentones y ya no tengo la lucha de los padr@s de pequeñitos o adolescentes.
Que bueno que estés con ilusión y con ideas nuevas!!!!
Un abrazo grande a todos
Gracias Juanjo por tu capacidad para expresar el sentir de las personas afectadas de E. M. y por estar siempre ahí. Eres un gran referente para todos. Mucho ánimo y enhorabuena.
Que grande eres. Seguimos. Un fuerte abrazo.
No te preocupes Juanjo. Todos sabemos lo que esta enfermedad nos puede producir. Aqui estaremos. Un saludo
Muy bien descrito con el símil del Guadiana, vive cada segundo, un fuerte abrazo
Impecable Juanjo, es tal cual!!! Mejor explicado imposible. Abrazo grande