La vida sigue igual

Pues después de un tiempo de cuarentena de 2 meses y medio. Con más de 27000 muertos con cuentas no cerradas evidentemente. Con muestras de solidaridad entre vecinos. Y aparentemente dando por fin importancia a las cosas que realmente la tienen, unos pocos ilusos entre los que me encuentro llegamos a pensar que por fin podía darse el cambio en esta sociedad.

Que un varapalo de semejantes características había servido para conmover los cimientos de la sociedad y a hacer un cambio de rumbo.

Me refiero a la gente. A nosotros como pueblo. Esos que creía yo que por fin habían comprendido la diferencia entre lo superfluo y lo necesario.

Esos que antes de ayer salían a aplaudir a las ventanas a los sanitarios, a los barrenderos, a los agricultores y a quienes habían mantenido el país a flote en una crisis sin precedentes en los últimos 100 años.

Parece que el buen rollito se acabó.

Parece que seguimos anclados en el ande yo caliente ríase la gente.

Parece que seguimos necesitando nuestros pastores que nos digan por dónde ir y cómo hacerlo.

Qué sencillamente nos conformamos con un poco de espectáculo futbolístico, el postureo, trifulca ideológica mediada y dirigida. Y por supuesto y sobre todo mi comodidad por encima de cualquiera que haya a mi alrededor.

76 sanitarios muertos y casi 50.000 contagiados por estar en primera línea sin la debida protección.

Avanzando hacia los 28000 compatriotas muertos. Y debemos recordar las condiciones en las que murieron. Aislados. Solos o como mucho con la compañía de esos sanitarios pero desde luego no con familiares o amigos.

28000 familias qué supongo tan solo lo que deben pensar cuando ven qué la gente ya se ha olvidado de todo esto. Que lo importante es la cervecita en la terraza. Y la llamada airada al centro de salud o al hospital atendido por un sanitario que lleva meses haciendo doble turno, sobre qué pasa con mis juanetes que llevo tres meses sin saber nada de vosotros.

Hasta he llegado a ver en Twitter frases tipo:»si no queríais enfrentaros a cosas así no haberos metido a sanitarios…»

Dicen por la tele que salgas aplaudir y sales. Dicen por la tele que hay que pelearse y te peleas. Te dan tu dosis de pan y circo y a obedecer como buen ciudadano para ellos.

Supongo que las cosas saldrán como tengan que salir. Pasará una cosa u otra. Pero al final la sociedad parece que no ha aprendido nada.

A mí esta canción siempre me ha parecido descorazonadora. No hay evolución.

Sencillamente parece dar la razón al personaje del venerable Jorge. Aquel nefasto personaje del libro y la película El Nombre de la Rosa.

Una de las frases que marcaron lo que siempre he creído cómo bueno y como malo desde que la vi siendo un chaval en boca de aquel monje capaz de matar por evitar que las cosas cambiasen.

«No hay progreso en la historia del conocimiento, tan solo una mera y continua recapitulación»

Parece que muchos siglos después esa mentalidad sigue arraigada en lo más profundo de muchísima gente.

https://youtu.be/Tutp5Je_KgY

Sabéis que generalmente intento sacar cosas positivas incluso aprender de las cosas negativas.

Hoy no es ese día.

13 comentarios en “La vida sigue igual”

  1. El nombre de la Rosa, también me ha venido a mí esa peli a la cabeza últimamente.
    Y lo que cuentas…yo sigo pensando…¿Quien lo decía? ¿Carl Sagan?
    Algo de lo encender una vela en la oscuridad. Espero que no todo sea recapitular y que algo, aunque sea pequeño, aprendamos, cómo individuos y como especie.

    1. Aprender algo como individuos es posible que haya individuos que lo hayan hecho como especie soy bastante pesimista.
      Pero muchísimas gracias a todos por pasaros por aquí y dejar vuestras aportaciones

  2. Gracias Juanjo, llevo unos diitas !!! Acabo hablándole a la tele, mis hijos me llaman hater 🤢 y es que no comprendo nada. Dos bandos toda la vida y sin ella también. Muy indignada

    1. Se sigue manejando a la gente y la gente sigue dejándose manejar. Mientras no haya individuos pensantes en lugar de hordas manipulables poco tenemos que hacer

  3. Hola Juanjo. Muy cierto todo lo que dices. Pienso que no hemos aprendido nada y ya no lo haremos. Bueno…..quizás alguien, a partir de ahora, vea la vida de otra manera y…aunque sean pocos, menos es nada.

  4. Hola a todos y bienvenidos de nuevo por aqui.
    Lo que dices Juanjo tienes como decimos en mi pueblo » más razón que un santo»
    Pero de verdad alguno pensabais que el ser humano iba a cambiar?
    Somos números nada más y lo triste de todo.es esa gente que se ha quedado atrás.esos abrazos que se quedaron sin dar.
    Mi más sentido pésame a las familias y mi mejor recuerdo a esa generación. Que nos enseñaron todo lo que somos.
    Suerte y cuidaros mucho

    1. Si somos tratados como números los principales culpables somos nosotros porque nos dejamos. Ahí es donde debería empezar el cambio que necesita esta sociedad. Pero estamos anclados en la comodidad de que lo haga otro.
      Esa es nuestra maldición y el beneficio de los cuatro de siempre, desde los caciques tribales pasando por la nobleza medieval a la actual nobleza qué es la clase política.

  5. Hola Juanjo y todos, creo que estamos más o menos de acuerdo.
    Qué se pone primero.. La bolsa o la vida, esta es la encrucijada. El mundo quedó patas arriba. Para mi la vida.
    Que hemos aprendido?… A nivel personal muchos la conciencia de la finitud y la responsabilidad del actuar, otros muchos, pese a tener información del virus, actúan como si nada.
    Estoy contigo Javier en las condolencias a familiares, amigos y trabajadores y reconocimiento a nuestros mayores, gracias a todos ellos.
    Un abrazo cariñoso chic@s

    1. Como siempre muchas gracias por tu aportación.
      El gran problema es no saber hacer un término medio en el que las dos cosas sean importantes pero no sea una preponderante sobre la otra.
      La bolsa o la vida es una frase muy buena para robar, pero incompatible con nuestro día a día. Si primas la bolsa te quedarás sin gente por lo tanto esa bolsa será prácticamente vacía, si primas la vida será una vida con una bolsa prácticamente vacía porque la actividad económica habrá parado.
      Todo el dinero que nos cuestan nuestros próceres desde luego debería dedicarse a encontrar una solución a este dilema. Pero los vemos más dedicados a las peleas de patio de colegio y tirarse piedras los unos a los otros en lugar de cuidar a las personas que los han puesto en ese lugar.
      Son vergonzosos y me dan muchísima vergüenza.
      Y desde luego absolutamente ninguno de ellos representa nada de lo que yo quiero.

      1. Juanjo gracias por tu opinión, y evidentemente la encrucijada donde encontrar el término medio, ese es el nudo, que hay que deshacer… y no se cuál es la solución.
        Obvio que sin dinero no hay trabajo y producción y sin dinero puede hasta no haber vida, pero te juro, cuando vi hoy, en la calle principal de mi barrio, a gente amontonada sin medidas de seguridad hablando felizmente… tal vez eran todos familiares jeje y a la camarera atendiendo a una mesa con la mascarilla debajo de la nariz, seguro que le daba calor jeje, no entendí nada y por supuesto que el dueño del bar es otro sufridor de la situación que paga sus impuestos.
        Y pensar que el virus sigue estando al acecho por necedad de algunos muchos o pocos, no se.
        Los políticos están en la dimensión de su escena cumpliendo sus roles y su «juego», son tan indignantes, están alejados de sintonizar conmigo y de ser serios y fiables.
        Un abrazo grande

  6. Hola Juanjo y a todo los compañero, estoy de acuerdo contigo. No se si no vemos las cosas o si queremos ser ciegos. Yo tengo personas muy cercana que en una semana se han quedado sin su padre y su madre. Y eso duele mucho. No poder despedirte, acompañarlos los ultimos dias y no poder ir todos lo hijos al cementerio a darles el ultimo adios porque solo podian ir 3 personas.
    Y ves la cantidad de iresponsabilidad que hay, que no piensan lo que puede suceder y te preguntas: ¿ Como se puede actuar asi y no ver lo qe se puede ocasionar ?. No lo entiendo. Un saludo y cuidaros mucho todos

    1. Se ha generado una sociedad egoísta en la que básicamente si consigues llenarte la tripa y tienes dos o tres entretenimientos garantizados eres capaz de tragar con lo que sea.
      Ese tipo de sociedad unida a mantenerla en una ignorancia soterrada es altamente manipulable. Es decir, estamos justo donde les conviene a unos cuantos.
      Salir de ese ensimismamiento no les conviene a ese grupo que realmente es el que maneja las cosas y desde luego supone un esfuerzo qué muchas personas no están dispuestas a asumir.
      Son tristes lecciones.

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