Con un poco de retraso, pero aquí estoy de nuevo. Con lo último de mi revisión con el neurólogo.
En la exploración rutinaria ni siquiera me hizo intentar andar. Era evidente mi empeoramiento respecto a mi última visita con él.
Yo inmediatamente le hablé del estado de la bomba de baclofeno.
Él me dijo que estaba en una situación parecida. En espera por culpa de la situación actual. También me dijo que en los próximos días se iba a realizar una reunión para hablar de este atasco, así que igual se podía ver alguna solución.
A renglón seguido hablamos de la posibilidad de usar la toxina botulínica. Él no estaba muy de acuerdo, pero no debido a que dudase de su efectividad, sino a que al estar ya en espera de la bomba, y que era de esperar que ya no tardasen en llamarme (tiene todavía fe en ello 😉 ), los resultados de ambos métodos podrían enmascararse mutuamente, sin saber a qué método achacar los beneficios. Esto también podía ser peligroso, ya que concatenar los efectos de ambos sistemas podría quitar demasiada espasticidad, lo cual podría producir una excesiva debilidad, lo cual sería también nefasto para mi movilidad.
No estamos hablando de técnicas inocuas, por supuesto, y hay que llevar un extremo cuidado con su aplicación.
Cuando, ya en la camilla, realizó la exploración rutinaria de espasticidad, pudo comprobar este empeoramiento. Y ya no tuvo dudas. Me escribió un volante para rehabilitación y realizar un estudio de viabilidad con la toxina botulínica, al menos para los abductores de ambas piernas.
Su plan para mí está muy claro.
En vista del espectacular resultado que tuve con la Fampridina, hay que luchar contra la espasticidad e intentar reducirla, para acto seguido proceder de nuevo a incluir la Fampridina y así volver a tener una movilidad más decente.
Al salir de la consulta, fuimos a ver para cuándo me daban cita para el estudio de la toxina y tengo cita para el próximo día 8 de octubre. Así que, como era de esperar, ha sido acabar el verano y comenzar a moverse la cosa
No habrá que esperar mucho para saber más cosas.
En una próxima entrada, hablare de Foltra. Quiero hacer una clara diferenciación entre ambos tratamientos, oficial y Foltra. Quiero hablar con Foltra y ver lo que comentan, pues tras 4 meses no encuentro alivio alguno, es más, estoy ahora peor que cuando terminé la rehabilitación.
Hay una cosa que quiero aclarar con Foltra, y es que 2 días antes de acabar la rehabilitación se me terminó la Melatonina, con la que completo el tratamiento con GH.
Mi empeoramiento actual viene desde entonces. Y no se si puede deberse a la falta de este fármaco, al tiempo revuelto propio de estas fechas, a la falta de las «palizas» de la rehabilitación, a un nuevo ataque de mi sistema inmunitario a mi maltrecha mielina como el que tuve a principio de este año, a una mezcla de todo o a un nuevo factor.
Ya que parece que se mueven las cosas, habrá que mover este blog con más noticias.