Para no dejar la entrada semanal. Aunque esta semana seguramente habrá otra por lo que diré más adelante.
Sigo igual a los 28 días de haberme infiltrado la toxina en cuádriceps y abductores.
Sigo con las piernas enormemente rígidas, con grandísima dificultad para dar los pocos pasos para ir al baño, o acostarme, y siempre ayudado. De momento no he notado absolutamente nada.
La revisión con la rehabilitadora del Hospital Obispo Polanco de Teruel, que retrasé por no haber notado efectos, la tengo este próximo viernes. Le comentaré todo esto y también una duda que tengo a cerca de la hinchazón en mis piernas, de rodilla para abajo, en verano y que en invierno, en lugar de hincharse, se quedan heladas.
Se que se debe a la falta de actividad.
Jamás he tenido problemas de mala circulación. Siempre fuí muy activo y eso supongo que lo impedía. Pero ahora, prácticamente no me muevo desde hace un año y el invierno pasado ya noté que, sobre todo mis pies y tobillos, quedaban helados, estando el resto de mi cuerpo sin problema de temperatura. Además cogían un color azulado. Esto se acababa dándome unas friegas. El color volvía inmediatamente a su normalidad y la temperatura se equiparaba a la del resto del cuerpo.
Este verano, la temperatura no era el problema. Se me hinchaban, hasta el punto de que los calcetines me hacían una gran marca, y si llevaba zapatillas deportivas un rato, por ejemplo en las sesiones de rehabilitación, cuando llegaba a casa, me quitaba las zapatillas y tenia marcados todos los contornos del calzado en mis pies.
Todo esto sucede desde que no puedo moverme correctamente y paso más tiempo sentado que en otra posición. También se que caminar es lo que activa la circulación de las piernas, con los «choques» de los pies contra el suelo. Yo no lo puedo hacer y mi circulación se resiente, no distribuyendo correctamente la sangre en mis piernas, sobre todo en la zona más distal. Además de eso, la enorme espasticidad de los músculos de mis piernas impiden el correcto retorno sanguíneo.
Todo son alegrías… 😉
La idea que llevo en la cabeza, y que puso ahí mi mujer, es si, usando un aparato vibratorio para los pies, se podría emular en alguna medida el movimiento de caminar. De ser así, esto podría aliviar esos molestos síntomas. Bastante tengo con la espasticidad como para tener subputaditas pinchando por otro lado… 😉 Pero ignoro cómo podría sentar ese movimiento artificial al resto de mis músculos espásticos. Esto y alguna cosa más me gustaría planteárselo a la rehabilitadora. Ya postearé sus recomendaciones. Y la posible explicación al aparente fracaso de la toxina.
Hasta pronto.
Hola, espero que mejores, yo estoy con igual que tu, pero sin poner nombre a la enfermedad creen que es una posible Neuro mielitis óptica de devic me pusieron la toxina y no me soluciono nada, ahora estoy a la espera de poner una bomba de bacloceno, cuando me hicieron la prueba en septiembre no me lo podía creer al poner el bacloceno directamente en la médula, el efecto fue asombroso, no tenía espásticidad la sensación de notar el cuerpo relajado la recuerdo como lo mejor en cuatro años de enfermedad, espero que mejores, un saludo
Hola, Marga.
Bienvenida y muchas gracias por comentar.
No sabes la alegría que me das con lo de la bomba de baclofeno. Yo visto que la toxina no me esta haciendo nada, espero como agua de mayo esa llamada en la que me digan que ya está la prueba programada.
En tu caso, todavía es peor que en el nuestro, porque al menos nosotros sabemos lo que tenemos, pero si estas enfermedades, de momento, no tienen cura, al menos sabemos que existen cosas como la bomba que pueden hacernos la vida más facil.
Un saludo.