Díselo a mis ojos

Estos tiempos de pandemia, con el uso obligatorio de la mascarilla. Que tantos beneficios puede traer y que tanto le cuesta a algunos utilizar, me hizo pensar en una cosa que no es por sacar cosas positivas de algo inherentemente perjudicial, pero al menos a mí me facilita mucho las cosas.

Voy a explicarme.

Yo siempre he sido una persona que cuando habla con otra suelo mirar a los ojos. Es algo que he hecho siempre y aunque soy consciente que hay gente que eso no le gusta, me sale de forma inconsciente.

Siempre he creído que es mucho más difícil mentir a una persona cuando le miras directamente a los ojos, o sencillamente no ser del todo sincero, siendo la sinceridad una de las virtudes que más valoro y admiro.

Me encantaría poder charlar cara a cara con los políticos que nos gobiernan desde nuestros alcaldes hasta el presidente del Gobierno con la mascarilla puesta por supuesto.

En estos tiempos que corren, cuando me paro a hablar con alguien evidentemente ese alguien debe llevar la mascarilla puesta correctamente si no, soy de los antipáticos que siempre encuentran una excusa para no pararse a charlar.

Con una esclerosis múltiple avanzada y agresiva como la mía y además una miastenia diagnosticada no puedo andarme con tonterías.

Cuando me paro hablar con algún conocido, o sencillamente en la consulta de la fisioterapeuta o hablar con el peluquero mientras me corta el pelo, se ha convertido en un placer extra al poder mirar directamente a los ojos a estas personas. No queda otra. Con la mascarilla puesta no hay otro lugar donde mirar.

Me encantaría que las ruedas de prensa se hicieran con la mascarilla y con un primer plano de la cara, viendo las expresiones de los ojos de los que están exponiendo sus argumentos.

Yo sinceramente creo que aunque sean cortas hay pocas conversaciones más sinceras que las que estoy teniendo estos días.

Cuando me preguntan por cómo estoy sé realmente si les importa como estoy o es solo una formalidad. Cuando me cuentan sus preocupaciones me da la impresión de que sé realmente las que son reales.

Mirad a los ojos a una persona cuando habláis del tiempo o cuando habláis de verdad. Creo que todos notaréis la diferencia.

Estos tiempos de mascarilla están permitiendo a los que nos gusta conversar, descubrir las personas más sinceras. Además de redescubrir los ojos de la gente.

¿Habéis visto los ojos tan expresivos y tan bonitos que tienen muchos de vuestros conocidos? ¿Los recordabais?

¿Habéis visto los ojos tan bonitos que tienen muchas de las personas que os cruzáis por la calle, vuestro panadero, pescadera, cajera de supermercado?

Supongo que esa será una de tantas cosas que se perderán cuando todo esto pase.

Igual que jamás parece que se aprendió la lección de dar importancia a lo que realmente la tiene y todo el mundo siguió a lo suyo después de 3 meses de confinamiento como creo que dejo bastante claro en la entrada anterior.

Y será una cosa que echaré de menos.

Si habláis conmigo no tengáis el menor reparo en mirarme a los ojos. Yo a buen seguro que lo haré. La conversación, sea intrascendente o sea más profunda, siempre tendrá matices más ricos.

16 comentarios en “Díselo a mis ojos”

  1. Hola Juanjo, yo también soy de la que miro a los ojos. Si estoy con alguien y al hablar no me mira (que los hay) si puedo me voy porque no aguanto así a la gente (a no ser si está conduciendo a mi lado que no quiero que me mire jajaja).
    Y veo lo bien que nos reconocemos muchos por la mirada a pesar de haber cruzado apenas unas palabras.
    Un abrazo,
    Conchi

      1. Muchas gracias Maite. Precisamente eso es lo que busco en las personas con las que comparto mi tiempo.
        Creo que nuestro tiempo es demasiado valioso para malgastarlo con personas que tienen cosas que ocultarnos

    1. Completamente de acuerdo. Hay gente que puede resultarle algo intimidante o incluso como que es demasiado intenso pero creo que es el mejor modo de comunicarse

    1. No había caído en quién eres hasta que he mirado un poco mejor tu contestación.
      No te haces una idea de la alegría que me da saber de ti.
      Aunque sea por aquí seguiremos en contacto y no descartes algún correo electrónico.
      Eres una de esas personas que he echado de menos mucho tiempo.

  2. Cómo miastenica, en ocasiones es difícil mantener la mirada, pero si que es agradable conversar con alguien mirando a los ojos. En un principio cuando mi miastenia no se estabilizaba bien, me costaba (y aun me cuesta) aceptar mis parpados caidos y mirada desviada, evitaba mirar a los ojos cuando hablaba y me molestaba el dicho que “hablar sin mirar a los ojos es de mentirosos”, y después entendi que si no explicaba mi motivo de evitar la mirada, era porque mentía (u omitía) mi enfermedad y en el fondo el dicho tiene razón.

    1. Te comprendo perfectamente porque yo para que la fiesta no caiga también tengo miastenia y debutó con problemas en la vista cosa que ahora tengo controlado.
      Cuando hay una razón para no mirar a los ojos como por ejemplo el hecho de ver doble si fijas mucho la vista simplemente una pequeña explicación hace todo mucho más llevadero el incluso aumenta la confianza.
      Evidentemente no tenemos por que ir dando explicaciones de lo que nos pasa a nadie pero hay que saber dosificar y también generar empatía con los que nos rodean.
      Muchísimas gracias por pasarte por este sitio de Internet y dejar tu mensaje.
      Bienvenida

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